- Que cada persona posee una dignidad otorgada por Dios que debe ser respetada por todos.
- Que la educación es un esfuerzo de colaboración y de responsabilidad compartida entre los padres, los estudiantes, la escuela y la comunidad.
- Que los principios cristianos que enseñamos permitirán a los alumnos actuar con justicia, hacer juicios morales responsables, respetar a los demás y cumplir con sus responsabilidades como ciudadanos en la comunidad global actual.
- Que las celebraciones y enseñanzas de la fe y las tradiciones católicas son parte integral de la educación católica.
- Que la oración, la adoración y el servicio a los demás son esenciales para el crecimiento espiritual.
- Que las enseñanzas y los valores de Jesús se integran en todos los aspectos de la educación.
- Que en un enfoque escolar de responsabilidad docente y de promoción de la disciplina se logra un entorno escolar seguro y civil.
- Que las prácticas basadas en la investigación son esenciales para desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas.
- Que los maestros están comprometidos con el desarrollo profesional continuo y la formación espiritual, con el fin de proporcionar las mejores prácticas de las enseñanzas para nuestros estudiantes, en un entorno centrado en Cristo.
- Que es deber del profesorado y del personal crear un ambiente de aprendizaje que responda a las necesidades individuales de los estudiantes.
- Que la comunicación debe llevarse a cabo en un ambiente acogedor que conduzca a relaciones que fortalecen la unidad y la comunidad.